sábado, 23 de julio de 2011

-XV- Cinco minutos hacia el Mar




He llegado al atardecer de mi felicidad
donde sólo hilos de luz dan calor
a la carretera ya no transitada

Me encuentro yendo
hacia lo más profundo
Inevitablemente me adentro
sin que me detengan
pues miro a ambos lados
buscando
y no encuentor a nadie

Me he dado cuenta
que soy el primero
soy el segundo
pero el tercero se ha ido

Sigo caminando rumbo al mar
dando tropiezos
una y otra vez con el mismo nombre
Soledad

Y pienso en esa Soledad compañera
la Soledad fría, la ingrata, la vanidosa
Soledad orgullosa, testaruda y envidiosa
aquella Soledad de historias interesantes
con prólogos tristes y epílogos peores
La Soledad maldita, bastarda y mal nacida
pero tambien esa agujereada, melancólica...
enamorada

Ahora que he llegado al mar
rocosas costas de su tierra
yo lejos de ella
ella lejos de mí sin saber cuanto importa
quisiera cerrar los parpados

Ahora que he llegado hasta esta fría lejanía
en el atardecer de mi felicidad
quisiera volver a abrir mis ojos
y reencontrarte después de tanto tiempo
Constancia




[Diego Valdés León]