jueves, 25 de marzo de 2010

-I- Gira el círculo negro

Hoy se elevó la nostalgia,
aquella de copas vacías
y cavernas oscuras
Era la prueba viva de que aún estaba ahí,
en ese lugarcito arrinconado de la gran bóveda
esperando que algo le tomara de las manos.
Cada vez está más
y más adentro... todo se
hace transparente
Le parece que este eterno girar se trata
de una interminable escena de cretinos
que se culpan para salir ilesos.
Quedan nada más los
sueños dulces e imágenes
recordadas en eternidad
Pero ya no hay a nadie a quien culpar,
el cuento llega al final dejando
la memorable enseñanza de una fábula.
Oh, y aún sigue girando
la oscura sensación
del pasado amargo
Se espera que aprenda suficiente el pobre niño,
de manos desgastadas y ojos resecos por
el aire que sabe a licor hirviendo.
La aparecida idea
de dejarlo todo atrás
se vuelve una obligación
Y su garganta se aprieta para tener que
decir, 'el ave más grande vuela al
infinito, bien lejos de mi hogar'.
Es así como va dominando
el círculo interminable
de locura y razón.
Sabe que no pudo quedarse aquí ni por amor
ni honor... Voló lejos, ¡lejos! para volver algún día...
quizás nunca.



[Palabra interminable, Diego Valdés León]

sábado, 13 de marzo de 2010

Visión de vuelo



Viajar hacia un lugar especial... siempre ansié tener uno para realizarlo. Un lugar que sólo nosotros conociéramos, ella y yo...
Ahora no deseo nada y es extraño, demasiado quizás. Tengo una paz interna tal que incluso puede llegar a ser desenfrenada. Y es que ya no tengo nada de aquello que antes me causaba dolor. No están esos cristales que flotaban sobre mí y que al tocar mi piel la quemaban. No hay nada.
Por fin estoy solo... pero ese solo genial. Aquel solo con el que te sientes un ave libre de tener a quien quieras a tu lado pero que no lo requieres, ya no quieres a nadie al aldo tuyo. Y no piensas en tomar su mano y caminar juntos. No piensas en si ella piensa en ti... en si acaso le importas. No... nada.
Ya puedo hacer lo que quiera... soy un renegado de esa juventud tímida y los cuentos de amores perfectos. Ya todo me parece uan faceta cualquiera y desechable. ¡Estoy lleno de la juventud de espíritu libre! De los amantes de las artes y no de máscaras dolorosas.

Escuchar, tocar, oler, visualizar toda la escencia de vida es primordial y así felicidad alcanzar.

[Escritos, Diego Ignacio Valdés León (IXegod)]